- Ponernos a buscar algo, llaves, por ejemplo.
- Dar vuelta todo lugar lógico: bolsillos, mochila, morral, ese coso donde se cuelgan los llaveros.
- Pasar a los ilógicos: lavatorio del baño, cajón de las medias, detrás del televisor.
- Probar cábalas para provocar a los hados: rezar a algún santo, dar vuelta la tapa de la pava, ponerse en alfa.
- Escuchar que suena el teléfono.
- Atender para comenzar una conversación intrascendente y alegremente superficial.
- Colgar el teléfono.
- Recordar vagamente que buscábamos algo.
- Ponernos a buscar en la memoria qué era lo que buscábamos.
- Darnos por vencidos.
- Salir, cerrar la puerta y ponerse las llaves en el bolsillo, mientras seguimos pensando qué buscábamos.
Puede variar el objeto, las situaciones en el medio...
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