Anteayer la justicia argentina falló condenando a Videla, Acosta, Bignone y otros por la apropiación de los hijos de los desaparecidos durante la última dictadura en Argentina (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-198062-2012-07-06.). La fuerza de la condena está, para mí, no tanto en el tiempo que cumplirán los condenados, ya ancianos, sino en lo simbólico: esto no ha sido un cuento, acá pasó algo.
Cuando este año visitamos la ESMA, veíamos los lugares donde guardaban a las parturientas, donde algunas daban a luz, donde se les quitaban los niños... De algunas sabían las familias que estaban embarazadas al momento de desaparecer; otras cursaban los primeros tiempos de una preñez que se manifestó más tarde; otras pueden haber quedado embarazadas fruto de las violaciones. Hijos. Hijas.
Otros niños y niñas, pequeños, fueron secuestrados junto a sus padres, expropiados, enajenados, cosificados. Aparecen años después hijos, nietos...
Mientras unos siguen negando, otros nos alegramos de esta justicia mínima, imperfecta, pero justicia al fin.
Nunca más.
7 de julio de 2012
“Una práctica sistemática y generalizada”
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2 comentarios:
Cuánta emoción nos trajo a varios esa sentencia, esperada, como decís, porque acá pasó algo, a todos nos pasó algo... y nunca mas volverá a pasar, pero jamás olvidaremos, ese es nuestro homenaje, la memoria.
Saludos
Pequeño y enorme homenaje.
Gracias por tus palabras.
Saludos.
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