Rocío tiene un humor precioso, que oscila entre la ironía y la dulzura: se burlaba de mí sin disimulo y, a propósito, le daba motivos. Facu, casi adolescente, me asombró cuando, viendo una imagen en la que se separaban los continentes, dijo:
-Ah, la separación de Pangea.
Compartimos las golosinas elegidas, nos reímos de la peli y de nosotros, nos acompañamos.
Sobre todo, nos reconocimos mutuos. Lindo.
Sobre todo, nos reconocimos mutuos. Lindo.
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