Otro regalo anejo es que los puentes se tejen no sólo en letras, si no en vivo, en carne. El año pasado estuvieron acá Bob y Richard, una pareja conocida por Mariana, quien nos contactó para que nos encontráramos en Buenos Aires. Si bien no eran del libroclú, fueron fruto de él.
Ayer el encuentro fue con Esther, de Málaga, y Brian, su pareja de Chester. Esther sí es del libroclú y con Brian han estado viajando por América Latina -el jueves habían podido encontrarse con Pilar y Agustín-.
Nos encontramos en Beccar, visitamos Villa Ocampo (¡merece la visita!), caminamos a San Isidro, tomamos algo en un bar, visitamos parte del casco histórico, charlamos, charlamos, charlamos...
Nos encontramos en Beccar, visitamos Villa Ocampo (¡merece la visita!), caminamos a San Isidro, tomamos algo en un bar, visitamos parte del casco histórico, charlamos, charlamos, charlamos...
Un encuentro de culturas, de desconocidos/conocidos, de alegrarnos por la gente en común, de saber, una vez más, que podemos estar en casa aunque estemos lejos.
Mutuamente.
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