Primero que nada, soy una persona higiénica: valoro la limpieza, de las personas, las cosas o de los lugares. Está bueno, claro. Segundo, me parece que lo que sigue es parabólico. Tómenlo así.
Procenex, Espadol, alcohol en gel, Lysoform, jabón con antiséptico, toallitas descartables con lavandina. Es para la piel. Para los adentros, Lacto bacillus, Actimel, noséquédefensis, vitaminas xyz... Gripes A, porcinas, gérmenes y virus.
Sacan a la luz por un lado, el miedo al exterior. No sólo la inseguridad tiene que ver con los ladrones o la violencia, sino con estos enemigos indetectables.
Sacan a la luz, por otro lado, la paranoia, siempre al borde del desborde, que nos hace creer que la creación nos es hostil, agresiva, que busca destruirnos.
Las defensas tan puestas en lo externo, con los antisépticos químicos, la seguridad privada, generan personas y pesonalidades paranoides y endebles.
Si tuviera un hijo, lo dejaría comer tierra, besar al perro, tomar del vaso del amiguito. Generaría anticuerpos contra la egoístis aguda y el ombligismo acentuado, al menos.
9 de diciembre de 2010
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