Algunos pueblos queman un muñeco en sus años nuevos para romper con lo nefasto, lo malo; nosotros, más civilizados, brindamos y deseamos cosas buenas, ponemos propósitos que rara vez cumplimos, arrojamos petardos o fuegos artificiales. La idea es la misma: poner algún gesto de ruptura, de cambio.
Pienso: más que ruptura o cambio quisiese profundizar en opciones, caminos, intuiciones. No demonizar este tiempo que acaba/sigue, sino poder ahondar en este misterio insospechado de lo humano, que no es poco.
2 comentarios:
mi profesora de taller diría "permanecer y ahondar en el ser", no cambiar, sino ser cada vez más, uno mismo....
Angeles
Aún así, más de una vez la permanencia depende de algún cambio o quiebre...
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