Almuerzo en casa de las tres emes; casa nueva, recién mudados, tenía que ir a conocerla. De paso, verlo a Manu, comer algo juntos, compartir charla y mesa. Tanto Mari como Martín son tipos profundos, por ponerle algún adjetivo. Con ellos compartimos miradas, aunque no siempre puntos de vista. Siento que es una relación que me enriquece mucho y en muchos aspectos.
Charlábamos de la cosas "profundas": la educación, las políticas que no ayudan a salir desde lo más básico, la necesidad de construir pensamientos críticos, las ideologías dañinas por encubiertas... En un momento, con eso de poder decir y opinar, que está bueno, me hace un clic algo: lo que hay es en todo, en todo, en todo, una crisis de confianza; es la confianza la que está hecha pedazos:
el alumno no confía en el docente
el docente en los directivos
los directivos en el compromiso de las familias
las familias en las capacidades del cuerpo docente
los fieles en las religiones
las religiones en sus dioses
los dioses en los ritos
Por algo, uno de los títulos del dios judeocristiano es "el Amén": y amén no es así sea. Es de la misma raíz de la que se forma roca. El Dios en el que se puede confiar, hacer pie, estar firme, porque es firme y estable como una roca, sólido.
Faltan solideces; sobran dogmatismos.
Falta, nos falta, donde hacer pie.
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