En un encuentro que tuvimos el lunes, volvió a dar vueltas el tema de las tribus, de los clanes.
La "fantasía occidental y cristiana (?)" canoniza el modelo familiar, heteroparental, mamá, papá, hermanitos. Que está bueno, sin dudas, pero que olvida la tribu, la comunidad, la familia grande.
La privatización de la interioridad, el intimismo puertas adentro, la mal llamada vida privada, adolece de abuelas sabias, de tíos y tías, de hermanos y primos... Y nos agobia, porque todo depende de uno, de dos, cuando mucho.
Ambos padres trabajan y el nene lo cuida una señora que a su vez tiene hijos que los manda al jardín doble jornada para poder trabajar porque...
Demasiadas cosas atentan: el dinero, el consumo, el olvido.
Nostalgias de hoguera, de cueva.
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