Maquillaje o cirugía, eran las palabras, las imágenes. Ok, palabras, imágenes, parábolas que remiten a otras realidades, a realidades que son maquilladas u operadas para que nos sean "estéticas", es decir, agradables al ojo-cabeza-oído-cuore. Y agradable no siempre es real.
En la cultura del placer que vivimos -hedonismo que no nos viene nada mal, claro, pero que no es un dios absoluto-, se apuesta por lo agradable-placentero. Y no siempre lo agradable, lo placentero, es lo cierto, lo bueno. No es agradable oír que tenés X enfermedad, pero ¿cómo podés combatirla, si no la conocés?; no está bueno ver que tu hijo/a va desbarrancando, pero, si no lo ves, ¿hay posibilidad que lo ayudes?.
Por acá va un poco de lo que estoy intuyendo. Buscar sólo lo lindo (ojo, lindo y no bello) ciega; se prefiere, se endiosa. Sin embargo, no siempre hace bien.
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