De a ratos, es ese personaje, Agrado, el único que aporta algo de aire en una peli que se pone densa, no por aburrida sino por contenido: maternidades, muerte de hijos, amores contrariados, adopción, VIH, padres que son madres, monjas que tienen hijos de estos padres...
A pesar de ser un personaje medio border, también es el que mantiene más la "cordura" a lo largo del film, el que luego de ser sacado de la calle por el personaje de Cecilia Roth (ahhhh, Cecilia Roth), evoluciona dentro de sus parámetros.
Hoy me acordé del monólogo que hace cuando Huma y su novia no pueden salir a escena. Hilarante hasta las lágrimas y, a la vez, tremendamente serio.
Agrado dice:
Me llaman la Agrado, porque toda mi vida sólo he pretendido hacerle la vida agradable a los demás.
Esto me vino a la mente pensando "mal": por esas cosas del inconsciente, recordaba:
Me llaman la Agrado, porque toda mi vida sólo he pretendido agradarle a los demás.
Claro, cambia. Mucho.
Lo pensaba viendo/recordando como muchas veces con tal de agradar, somos capaces de travestirnos, de ser lo que no somos, de mendigar, como sea, una mirada de aprobación.
Hace tiempo, creo, que me he corrido de ese lugar. Prefiero que entre todos tratemos de hacernos mutuamente agradable la vida, cada uno a su modo y tiempo. Si podemos, ok, si no, ok. Cada quien busque por donde pueda, que, por suerte, no todo está en nuestras manos.Ah, les dejo el link por si quieren volver a escuchar y ver: http://www.dalealplay.com/informaciondecontenido.php?con=12509
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