- el bueno suele ser tan abnegado que no conoce más gozo que dar.
- en parte (sólo en parte) está identificado con lo asexuado.
- no le conocemos el lado b, es casi monocromo.
- suele tener subdesarrollado el intelecto o hiperdesarrollada la voluntad. De aquí que es a-crítico.
- pospone continuamente sus necesidades o no sabe cuáles son.
- no puede/quiere creer que haya otro modo de hacer algo.
Y descubro que este perfil corresponde a un "tipo" de bondad: la esperable en una monjita de fines del siglo XIX, mediados del XX: obediencia inmediata, celibato o virginidad, mucha piedad, poca cosa en la cabeza que no sean manualidades o recetas y avemarías. Y este "tipo" se impuso o lo compramos medio de manera hegemónica.
Claro, con semejante panorama, ni a palos tengo ganas de ser bueno. Qué horror.
1 comentario:
Monocromo,hiperdesarrollada la voluntad.
Muy cierto, muy agudo. A veces voy solito para ese lado. Lo difícil es cambiar.
Abrazo, Juan G
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