Qué les cuento: después de más de veinte de mis treinta y nueve años de fumar, hoy pasé mi primer día sin humo. Si no contamos un tiempo de cuatro meses que no fumé, hace añares, lo de hoy es todo un logro. Claro que no es cuestión de fuerza de voluntad, sólo, sino de unas pastillas que me dio el doc que inhiben los receptores neuronales que piden nicotina.
Eso no quita que todo el día haya tenido ganas de fumar, y ni les cuento después de comer o con un cafecito. Pero al menos estoy haciendo el intento. Y no dejo de pensar: Uy, qué buen pucho me fumaría.
¿Qué me llevó a esto?. Estar a un año de los 40, querer tener más aire para poder cantar y bailar en comedia sin morir, ahorrar el dinero que gasto (¿gastaba?) para comprarme otras cosas que me den placer, querer liberarme de la dependencia... Eso entre otras razones. Ahora, a cuidar y no reemplazar por otras cosas -caramelos, comida-...
Pero reconozco que fumar me causa muuucho placer. Y no quiero convertirme en uno de esos ex fumadores que se hacen talibanes de la vida sana, olvidando de dónde vienen... Por ahora, día a día.
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2 comentarios:
¡Ánimo, ánimo, ánimo! Desde acá, te mando abrazos y toda la energía posible para que puedas vencer el hábito y sentirte bien.
Día dos y ¡bien Pilar!. Gracias por la onda.
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