- Qué es un rito ? – dijo el principito.
- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas".
Antoine de Saint Exúpery, El principito
Sí, ya sé: ¿El principito?. Y sí, señores, admito que me gusta sin sonrojarme. Es más, creo que pertenece a mi cultura más interna, casi -oh, amada herejía- como la misma Biblia. Y la de los ritos es una de las definiciones prácticas más claras que he leído.
Los ritos tradicionales están medio muertos, creo, porque se vaciaron de sentido. En la eucaristía, por ejemplo, ya no hay pan para partir ni copa compartida; sin embargo, el rito reaparece en el café o mate largo; la catarsis del teatro griego dio paso a la de los recitales; las fiestas de la cosecha, en los cambios de estaciones, se transforman en preparar la ropa de invierno y archivar el verano... El rito sigue siendo necesario.
-Nos- prepara, ordena, pone cosmos en el caos. Asegura que algo, en el medio del cambio, permanece. Conecta el pasado-origen, enraíza en el presente, proyecta al futuro-meta.
Escribo esto mientras tomo el café de la mañana. Rito, qué más.
Escribo esto mientras tomo el café de la mañana. Rito, qué más.
2 comentarios:
El Principito. Cuantas veces lo leí. Cuantas lo leeré. Y siempre te tira algo que te deja pedaleando en el aire. Increíble la fuerza de ese texto.
Los ritos son necesarios como decís. Y no hace bien, empezar a reconocerlos para poder valorarlos más.
Ese libro me encanta y aún más el encuentro con el zorro
Muy lindo
Besos
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