Acá estoy. Vivo. Muy vivo.
Un mes o dos atrás nos reencontramos vía Internet con un viejo amigo con quien habíamos perdido contacto por lejanía geográfica y otras vueltas de la vida. Un par de llamados de teléfono y el lunes partí a pasar tres días con él, a 500 km de Bs As.
La compartida fue muy intensa, profunda, emotiva. Me paseó por sus paisajes cotidianos, nos contamos este tiempo de paréntesis en el vínculo, nos emocionamos y lloramos, Mucho tiempo, muchas palabras, mucho silencio. Un viaje emocional que me dejó lleno y agotado.
Me salen: madurez, gozo, milagro, encuentro, ternura, memoria, acción de gracias, desproporción, don, reciprocidad, asombro...
Me quedo corto.
11 de octubre de 2014
El sabor del re-encuentro
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