Gente que se dio una vuelta


© Copyright

Si querés copiar y pegar, claro que podés; pero citá la fuente, ¿sí?. Gracias.

30 de noviembre de 2012

Uno, dos, mil.


Un nene pequeñito cuenta: Uno, dos tres, cuatro, cinco, trece, ocho, veintidós...
Después del abarcable cinco, todo está más allá. No alcanzan los dedos de la mano. Entre quince y cuatro mil tres no hay diferencia.

Cuando crece un poco, amplía el horizonte a diez, como los dedos de las manos; veinte, si es verano y puede verse los de los pies.

Al tiempo, puede acercarse a la noción asombrosa de saber que los números no se acaban, que son tan infinitos como podamos contarlos.

Hay quienes, ya adultos, aún cuentan hasta cinco.

29 de noviembre de 2012

¡A la mesa!

Cenábamos en la casa de Nesti, conservando la linda costumbre de encontrarnos. La casa es, en verdad, un monoambiente en un piso 7. La convocatoria tenía doble expectativa: iba a cocinar para nosotros y conoceríamos a Jime, su chica/pareja/novia.

La mesa baja, hecha con un pallet. Los colchones con almohadones en el piso, la picadita, la cazuela de pollo, los Beatles de fondo. Las desventuras de la luna de miel de Lucas y Nati, la necesidad de plenificarnos, las búsquedas, los aciertos. Nati que contaba que había muerto su abuelo y la abuela recitaba un poema escrito para su propia muerte; Lucas que avanza en el estudio. Los "dueños de casa" y los proyectos.

Nada nuevo, todo nuevo.
Mesas que hacen comunión.
Altas, bajas, paganas. Todas.

28 de noviembre de 2012

Sobrantes

Siempre hay quien quiere enseñarle a la madre Teresa de Calcuta cómo hacer caridad o quien le explica a Shakespeare cómo se componen los sonetos.

Es decir: mentes pequeñitas y mediocres de miras que creen que por haber dado un moneda alguna vez o por haber escrito la lista del almacén, están investidos de algún tipo de autoridad.

Capaz que son maestros en sus haceres: la moneda la dan con donaire y galanura, la lista la confeccionan con una caligrafía óptima. Pero falta algo.

Expertos en todo, sabios en nada.
Abundamos.

27 de noviembre de 2012

Trampas sutiles II

El dogmatismo es un refugio interesante y seguro para quienes temen ejercer su libertad.
Poder depositar la responsabilidad de mis decisiones en otro que decide, dice, piensa y regula absolutamente todo, me deslinda de mi propia responsabilidad. De última, mis aciertos o fracasos se deben a lo que otro decide.

No es de extrañar que, en momentos de inestabilidad, de inseguridad, de caída de macro-relatos, de posibilidades infinitas, muchos busquen la seguridad de las filas de la religiosidad más reaccionaria y alienante, del ejército, de las comunidades cerradísimas. 
Miedo a vivir.

26 de noviembre de 2012

Trampas sutiles

En las discusiones adolescentes -y no tan adolescentes- abogamos por una libertad absoluta e irrestricta.
Ya en esos momentos algunos argumentaban la imposibilidad de una libertad tan sin límites: la cultura, el momento histórico, la genética, condicionan y restringen poco o mucho esta pretensión. Yo era de los últimos, claro.

Más adelante fui convenciéndome que la libertad, precaria como es, crece si elegimos bien; de alguna manera, nos hace más humanos, más plenos. Elegir (el) mal va empequeñeciéndonos, deshumanizándonos.
Y aunque sea por ensayo y error, a tientas, está bueno crecer en libertad. Por eso me dan pena aquellos que ante el espacio casi infinito que se les abre, eligen que otros piensen, razonen, decidan por ellos, haciéndose deudores de quienes los esclavizan.

Sin cerrojos ni cadenas.

25 de noviembre de 2012

Método científico

¿Notaron lo difícil que es el pensamiento lógico con algunas personas?
Hay en como saltos ontológicos entre una proposición y otras y es sumamente arduo que lo noten.
Ejemplo de la vida real:

-En el barrio todos están con dolor de rodilla -comenta una señora de cerca de 70-. El de enfrente, el de al lado, la señora del almacén. Yo no sé qué hacen los médicos.
-A ver: ¿todos en el barrio? Es decir, ¿todos? 
-Sí, todos. No sé dónde está la ciencia, qué hacen. Mandan cosas al espacio y las rodillas siguen doliendo.

Bueno. Un pequeño ejemplo.
Así no puedo, no digan.
Y eso que le pongo voluntad.

24 de noviembre de 2012

El tiempo vuela

Entre las cosas maravillosas de tener a mano algunos niños ajenos -entre hijos de amigos, conocidos, sobrinos y demás yerbas-, son los diálogos serios. Es decir: hablamos "de igual a igual" y salen perlas como esta:

-¿Cómo te fue en el cole, loqui?
-Difícil, padrino. Estamos con la excursiva.
-¿Qué cosa?
-Esa letra redonda y seguida.

O esta otra:

-''Hi 5'' ya no es tan bueno como antes, dice Rocío, que tiene 9.
-¿Sí?, ¿por?
-Están como más tontos, más para nenitos.
-Capaz que está como siempre, pero vos creciste y ya no te gustan las cosas de antes.
-¿Sabés que tenés razón? Ya no tengo 5...

No somos nada, vea.

23 de noviembre de 2012

Borrador de dudas

Charlábamos...

¿Cuál es el límite entre una mala persona y un psicópata? La enfermedad, la psicopatía, ¿quita responsabilidad? ¿Cuántas barreras hay que atravesar, cuántas alarmas desoír antes?

Es claro que todos tenemos algún talón de Aquiles, alguna renguera vital. O varias, claro. Entre la historia más o menos complicada, las malas elecciones, los defectos de fábrica, las circunstancias, nadie puede aducir ser impecable.

Pero la cosa es cuando rozamos -o nos sumergimos- en lo patológico: ¿es inimputable?; ¿hay responsabilidad moral? Un golpeador, un violento, un abusador, destruye a la víctima y sigue como si nada... ¿qué registra?; ¿qué tan cerca o lejos estamos de algo así?

La conciencia hace eco, ruido. Si acallamos los ruidos, estamos mal, creo.

22 de noviembre de 2012

Al este y al oeste

Jacarandáes, está lleno de pedacitos de cielo en varias esquinas del barrio. Un cielo un poco más liláceo, pero cielo al fin. En algunos lugares, el cielo está en tres capas: las flores en árbol, las del piso, y el cielo verdadero. El de más arriba.

Recuerdo que se dispara: primer grado, allá en el '77, fin de año. Cantamos La canción del jacarandá, en el escenario enorme del teatro más enorme aún del colegio. Telón pintado de fondo. Flores fabricadas con papel crêpe. La señorita Nilda, pelirrojísima profesora de música.

El cielo en la vereda
dibujando está
con espuma y papel de seda
del jacarandá.


Deseo que se dispara: instalar "pedacitos de cielo" donde podamos. No cielos de ángeles y vírgenes aburridos de eternidad, cansados de las nubes y de aureolas pulidas. Cielitos que sean encuentro y descanso. Parada, posada, remanso.

Recreo.

21 de noviembre de 2012

Lo esencial es la pilcha

Charlábamos, una vez más, del lugar híper común de la discriminación: algunos se quejaban que si los veían vestidos "onda villa" -gorra con visera hacia atrás, pantalones holgados, zapatillas estrafalarias, campera de equipo de gimnasia-, les tenían miedo o desconfianza. Además portan color de piel. Que suma.

Claro que vestirse de esta u otra manera también marca pertenencia, dice, habla. Tratábamos de ver eso, de pensarlo juntos: si ves a una mujer vestida provocativamente, suponés -bien o mal-, que busca llamar la atención; si ves a un tipo con kipá, suponés que es judío; si ves a alguien con un ambo, podés pensar que es doctora u enfermero.

Pero cuando ya vivís con varias cosas en contra, sumar otra más, sólo por la mirada que te marca, es pesado. No distingue, nomás. Separa. Y a veces sentirse separados es lo que une. Un círculo que no tiene fin.

20 de noviembre de 2012

Rococó verbal


Me prestaron un libro. Está en ese punto intermedio entre el bodrio y algo mínimamente interesante. Como quien me lo prestó me lo recomendó con énfasis, casi como un deber lo leo. Paso páginas leyendo en diagonal, para apurar el trago. Si tachase seis de cada diez palabras, el sentido no cambiaría. Tantas palabras sobran.

Me pasa parecido con algunas personas: abundancia de palabras, demasiados adjetivos, adverbios, comparaciones, subordinadas, que podrían reducirse a la mitad y decir mucho más. O me costaría menos escuchar. 

La paradoja: el exceso de palabras, como su falta, afectan a la comunicación. No siempre más es mejor, no siempre menos es más.

19 de noviembre de 2012

Expertise

Pericia, habilidad, conjunto de habilidades; así, aproximadamente, podemos traducir esa palabra del inglés. Si no me equivoco, tiene que ver con el conocimiento adquirido con y en la práctica.

Lo puede tener cualquier persona, en cualquier ámbito: unas en las ciencias exactas, otros en la cocina, otros en la escucha, otras en las  relaciones interpersonales, otros en jugar al fútbol, otros en... 

Quien lo tiene, no siempre lo reconoce. Quien no lo tiene, está seguro de poseerlo.
Como tanta otra cosa.

18 de noviembre de 2012

Filtros

Adultos que me recuerdan a esos niños pequeños que corren tras cada juguete nuevo que aparece.
Adultos que se enganchan con alguna cuestión y tragan todo, sin discernir, sin pensar, acríticamente.

En todo campo, en todo nivel, en todo tema.
No reivindico el escepticismo, sino que me da pena o susto cuando canonizamos sin pensar, sin mirar, sin juzgar. Cuando nos apropiamos de la conclusión de otro/a, sin saber qué lo lleva a ese punto, sin hacer ni medio paso de ese camino.

Filtrar, discernir, elegir, mirar, sospechar.
Confiar, claro, pero sin ser ingenuos.

17 de noviembre de 2012

Gracioso, de gratis II

En algún lugar sigo sintiendo, decía ayer, que pese a lo que creo y manifiesto, en un nivel más profundo siento lo contrario. O contradictoriamente, que es casi lo mismo pero no.

Capaz que como hay cosas que no me significan demasiado esfuerzo, no las valoro. No me las valoro. Por eso, no tienen que ser felicitadas ni agradecidas. Es decir: no me felicites porque leí mil libros ni me agradezcas porque pude darte una mano con los tiempos verbales. Felicitáme porque dejé de fumar o dame las gracias porque a pesar de los 36º a la sombra, te fui a ver al hospital.

Es decir. Sigo en la lógica mercantilista del esfuerzo.
Un horror.

16 de noviembre de 2012

Gracioso, de gratis

Recibir es complicado para mí. Por más que creo en la gratuidad, en agradecer, en reconocer, cuando me toca ser reconocido, me brota la timidez toda junta. Me incomoda, me cuesta. 

Me puse a pensar por qué. Lo vengo pensando y trabajando hace tiempo. En el fondo, creo que me cuesta porque siento no merecerlo. Es decir: en mi lógica -con la que no acuerdo, pero está más allá de mi control-, lo que sale porque sí, lo que me es natural, no cuenta. Soy un gil, claramente. 

Por suerte hay quienes me siguen sorprendiendo.

15 de noviembre de 2012

Deslícense, mortales.

Una sobredosis de películas yanquis me metieron la imagen del lago congelado en invierno: alguien -patinando, caminando, corriendo- cae al pisar donde el hielo es delgado.

No sé si en algún lugar de Argentina se congelan los lagos. Nunca vi nenes con patines de hielo en la TV sino en una peli extranjera.
La imagen de la caída, la sensación de frío, la posibilidad de congelarse o ahogarse me aterraban.

Invierto la metáfora: hoy me alegro, celebro, gozo cuando se quiebra la capa helada, superficial habitual aún en pleno verano y puedo sumergirme con otros/as en algo más profundo que la piel, que un charco, que la mera opinión, que el sólo reaccionar, que... que lo habitual.

14 de noviembre de 2012

Estufita interna

Facu cumplió 13 en octubre. Todavía no pudimos hacer la "salida de regalo de cumple". Más que salida esta vez la idea era juntarnos a comer sushi en casa y ver una peli. Le encanta el sushi y es lo que eligió. 

Lo llamé ayer por teléfono para ver si podíamos armar el programa para hoy a la noche. Se excusó porque están rindiendo las integradoras y el jueves tiene examen. Pensé que, lógicamente, ya no le divierte un programa con el tío. 

-Che, Fa, de veras. Vi unas zapatillas como las mías que te gustaban. ¿No preferís las zapas antes que juntarnos? ¿Qué te parece?
-No, comamos; en cuanto termine de rendir, te aviso.


Me dio tanto orgullo, me emocionó tanto que eligiese el tiempo compartido, que no puedo expresarlo. Fue una sensación cálida e inmensa.

A disfrutar.

13 de noviembre de 2012

Sexismos

Cuando estoy atento y centrado en un tema -una manera sutil de decir obsesionado- comienzo a verlo por todas partes. Alusiones, relaciones impensadas, una mirada más aguda. No sé.
Por interés personal hace tiempo leo cuestiones de género, masculinidades, feminidades. Por suerte, además, algunas personas cercanas también están en tema, desde otros lugares, pero en tema. 

Fantaseaba esta mañana en el colectivo, con no consumir o comprar productos que tuviesen publicidades sexistas, denigratorias de la mujer o del varón. Fantaseaba, digo, porque para lograrlo, tendría que no consumir más: desodorantes, detergentes, bebidas gaseosas, cervezas, chocolates, leche, autos, ropa, calzado, agua mineral, sábanas, relojes.

Caramba. 

12 de noviembre de 2012

En camino

Por un post de Diego (Votos ponderados es el blog) surgía, una vez más, la cuestión del pensamiento dicotómico, el ellos-nosotros. La traía Mariana. Mara, por su parte, por otras cuestiones compartía en su blog algo similar, tangencial (Pensando...).

Personalmente, cada vez me cuesta más el diálogo con algunas personas. Por incapacidad propia, claro. Por pasión e intransigencia en algunas convicciones. Por incapacidad ajena, claro y también. Por no poder asumir que tenemos prejuicios, juicios, opciones. Camino.

En un momento me dije: es eso, es el camino... A algunas opciones llego, llegué, después de mucho transitar. A otras, las abandoné tiempo atrás. Casi siempre tan honesto como he podido, como he sabido.
Me encanta cuando encuentro compañeros en, de este camino. Aunque no acordemos en todo todo el tiempo.
Con eso me viene alcanzando.

11 de noviembre de 2012

Puertos y faros

El 10 de noviembre cumplía años abuela Olga, mi abuela materna. Hubiese cumplido 99, pero hace 20 murió. Si hubo una persona importante en mi vida, fue ella, sin dudarlo. Más importante, en su momento, que mi propia madre, que mi propio padre. No lo digo con bronca, para nada. Lo digo con agradecimiento.

En nuestras infancias, la mía y las de mis hermanas, ella y José, el abuelo, fueron las figuras más estables, permanentes. Ella más que él incluso. Por diversos motivos, por más que nuestros padres vivieran, los presentes eran los abuelos. 

Por la fecha, quizá, me aparecieron en la memoria, otras personas, como puertos, como faros.
Invalorables. Indispensables.

10 de noviembre de 2012

A tientas

Horizontes en fugas, un presente fugaz sin memoria del pasado ni proyección de futuro, fragmentación casi esquizoide, superficialidad a ultranza, incapacidad para empatizar, ultra-individualismo, límites difusos o inexistentes, primacía de la subjetividad.

Algunas de las características de la posmodernidad -que ya está vieja- y que nos desafía a redefinir lo esencial, a despojarnos de los adornos, a buscar modos no novedosos sino nuevos. 

Preguntas que desestabilizan. Respuestas que se hacen desear. Pero asoman, lentas.

9 de noviembre de 2012

Mátenme, por favor

Cuando me pongo especialmente "nerd" y me obsesiono con algo, puedo dedicarme apasionadamente a alguna etimología, buscar los antecedentes de cierta novela, ver cómo se relacionan las ideas de género con la constitución de la familia, o...

La última fue antenoche, en esos minutos previos a dormir, donde la realidad ya es sueño. No sé por qué se me cruzaron las palabras futuro del subjuntivo por la ¿cabeza, mente, duermevela?. Intenté disimular la inquietud, porque en ese estado liminar, me daba cuenta que no encontraba cómo conjugaba ese tiempo en ese modo. No hubo manera y el calor tampoco ayudó.

Terminé levantándome a la 1,45 am para prender la compu y buscarlo.

Quien fuere tan geek será castigado con insomnio.
Mea culpa.

8 de noviembre de 2012

Silencio de radio

Desde que empecé a hablar -la leyenda cuenta que guardé silencio hasta los dos años, cuando de pronto comencé a hilar palabras sin media lengua- nunca tuve costumbre de callar/me.

Para bien o mal suelo expresar y articular lo que pienso. Añado a propósito articular porque suelo pensar en continuado, con secuencias, no con fotos fijas. Razonando, uniendo premisas y conclusiones, tratando de ver un panorama más amplio. Si bien soy calentón y pasional, no menos cierto es que soy racional.

Por eso intentaré -intentaré, digo- hacer el esfuerzo de callar.
Para no herir. Para que no nos hiramos.
Una vez, al menos.

7 de noviembre de 2012

Tsunami de calor

El calor anoche me impedía dormir. Demasiado. Mucho junto. 
Miré una película. Me acosté. Leí. Apagué la luz. Di vueltas. La prendí.
Terminé un libro. Comencé a releer otro. Me levanté.

Miré un poco de TV, mientras pasaba el antivirus a la netbook. Me acosté.
Leí un rato más. Apagué la luz de nuevo. Me levanté al baño.
Fui a la cocina a tomar agua. Mucha agua. Me acosté otra vez.
Mosquitos. Dudé de la existencia de Dios. 
No encontré pastillas termoevaporables y me tuve que bancar el aerosol.
Rearmé la cama, que de tantas vueltas era un amasijo de sábanas.

Se hicieron las 7,15.
Un largo día por adelante.

6 de noviembre de 2012

Somos más

Ya conté, alguna vez, de la "tribu" que formamos con algunos amigos y sus familias. Feriados, cumpleaños, alguna tarde, un rato, todos juntos o algunos no más, disfrutamos encontrarnos, charlar, comer, compartir unos mates, una salida, unas vacaciones.

La tribu crece y este sábado que pasó, bautizamos a los dos más pequeños, Mateo y Joaquín. Los gestos repetidos del agua, la palabra que resonaba desde la experiencia de otros creyentes, la luz, el aceite que suaviza. Las madres y los padres que los presentaban, las madrinas y los padrinos secundando. La familia y los amigos, los críos correteando. Todo complotando para reafirmarnos en los vínculos primarios, básicos, simples, elegidos. En una fe, en un camino, en un estilo. No el que desearíamos, capaz, pero el que podemos.

Los ritos viejos y nuevos, de otros, de muchos. Profanos y sagrados. Nuestros. Muy nuestros.

5 de noviembre de 2012

Mamá oculta

Acaban de contarme. Una chica, de 14 años, alumna de una amiga. En el cole le duele la panza. Termina pariendo asistida por la directora y una profesora. Luego llega la ambulancia.

Nadie -ni los padres, ni los hermanos, ni los profesores, ni la mejor amiga- supo del embarazo. No es el primer caso que conozco. Digo conozco, porque no son cosas que escuché, no más. No son sectores marginales, tampoco, como dictaría nuestro prejuicio.

¿Qué cosa -miedo, susto, soledad, rechazo- la lleva a ocultarlo?
¿Qué cosa -negación, ceguera, rechazo- lleva a los demás a no notarlo?
¿No hubo un abrazo a esa hija en ese tiempo? ¿No hubo una amiga un poco más cercana, profunda?

No me asombra. Me duele un poco, no más.

4 de noviembre de 2012

Escuchá, te digo

Cuando alguno quiere ser bueno a ultranza, para ganar un cierto cielo, para satisfacer alguna deidad, para alimentar su narcisismo, los demás pasan a ser instrumentos, no más, de su búsqueda. Medios que le permiten sumar puntos en algún sistema de recompensas kármicas.

Entonces la necesidad (o no necesidad) del otro, de la otra, es avasallada por lo que yo creo que necesita. Ejemplo burdo: cruzo de vereda al ciego que, en realidad, esperaba encontrarse con alguien en la esquina donde estaba. No me importa más que ser bueno, aunque moleste, perjudique, ignore al prójimo.

No es tan inusual esta gente.

3 de noviembre de 2012

Sístole y diástole

Para abrazar algo, hay que soltar algo. La tendencia a acumular hace que no queramos soltar nada, renunciar a nada, dejar nada. Así no podemos estar libres, dispuestos para lo que está viniendo.

Para abrazar el heliocentrismo, hubo que renunciar a creer que la Tierra era el centro del universo. Para tener flores hay que soltar las semillas. Para nacer, es necesario dejar el útero y su seguridad. Para gozar de la pileta y nadar, hay que bancarse el chapuzón fresco.

No sé, me parece que cuesta soltar, morir... Por eso cuesta recibir.

2 de noviembre de 2012

Serendipia

Me encanta cuando, por buscar una cosa, aparece otra. Buscar, por ejemplo, una remera (polo, playera, camiseta, franela, t-shirt) y encontrar una carta. O buscar un negocio y terminar sentado en una plaza, tomando un helado. O empezar leyendo un artículo que me dispara alguna pregunta y derivar en un libro. O.

Me encanta, digo, y me preocupa un poco. Porque como me sucede a menudo no sé si está tan bueno: capaz que es mera distracción y simple dispersión, incapacidad de concentración o algo así. Quién sabe.

1 de noviembre de 2012

Circularidades

Hace poco más de un mes fui con mi sobrina de 9 al Museo Eva Perón -elegido por ella como salida de cumpleaños-. Como mi madre en ese momento no andaba en Bs. As. y tenía ganas de ir, ayer repetí la salida, esta vez con ella, que no tiene 9 sino 65 más. Las miradas de ambas pararon casi exactamente en las mismas cosas. Una las descubría; la otra las recordaba. Para Loli era historia pasada; para mamá, parte de lo que había vivido.

Cuando fuimos con la pequeña, me había olvidado la cámara. Ahora la llevé. En un momento me sentí como los papás que le sacan foto a cada cosa que hacen los nenes. Capturando reflejos, destellos de felicidad.

Pero era con la vieja; el nene era yo esta vez.